La Unión Europea solo puede ganarse la confianza de la ciudadanía mediante una actuación rápida y eficaz. Consideramos que las decisiones deben tomarse lo más cerca posible de los ciudadanos: en su ciudad, región o estado, respetando el principio de subsidiariedad. Del mismo modo, necesitamos que la Unión Europea se centre en los retos comunes que solo podemos afrontar juntos. Gran parte del descontento de la ciudadanía hacia la actuación europea en crisis anteriores se debió no solo a la dificultad de saber quién exactamente debía rendir cuentas por las decisiones tomadas, sino también a la falta de visión política. No obstante, los ciudadanos llegan, asimismo, a la conclusión de que se necesita una Europa más fuerte para afrontar de manera eficaz los problemas comunes.
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