Europa es el lugar donde el bienestar y la prosperidad convergen con la responsabilidad y la solidaridad, donde la libertad es compatible con la seguridad y el respeto del Estado de Derecho. Es un espacio en el que cada europeo tiene la oportunidad de prosperar y desarrollarse, y en el que la búsqueda de la realización personal no solo está protegida, sino que también se ve facilitada por un sistema que defiende los más altos niveles de derechos humanos en materia de no discriminación y tolerancia. La filosofía griega, el Derecho romano y las tradiciones cristianas son los fundamentos en los que se basan nuestra civilización y nuestro acervo cultural. Este es el origen de nuestra identidad común, en la que incluso las especificidades regionales encuentran su lugar, y en la que se valoran y protegen las lenguas y culturas de las minorías tradicionales de nuestros Estados miembros.
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