La crisis de la zona del euro, la crisis migratoria, el Brexit y la pandemia por coronavirus han demostrado que Europa no puede seguir viéndose sorprendida y desprevenida ante escenarios de crisis. Europa debe ser capaz de afrontar los grandes retos de nuestro tiempo, como la digitalización, el cambio climático, los riesgos sanitarios y la inestabilidad geopolítica, mediante una visión a largo plazo y una preparación adecuada. Además, queremos dotar a nuestra Unión de recursos y estructuras apropiados y suficientes para que pueda responder de manera efectiva a futuras emergencias. En la próxima crisis, la Unión Europea tiene que demostrar la máxima eficacia a la hora de resolver los problemas.
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